Cómo hablar de la muerte con los niños

En algún momento de sus vidas los niños han de enfrentarse a la realidad de la pérdida de una persona conocida de su entorno: un abuelo, un pariente, el padre de un amigo… Saber cómo hablar de la muerte con los niños no es fácil para los padres, pero es un deber que tarde o temprano llegará. Por eso, vamos a exponer algunas ideas que os pueden ayudar a afrontar esta situación.

La muerte forma parte de la vida y por tanto no podemos ocultarla como si fuera un tabú. Sabemos que es algo que no tiene solución (tarde o temprano todos moriremos), así que no podemos asegurarle nunca a nuestros hijos que no vayamos a morir algún día. Lo que sí podemos hacer es contarles todo lo positivo que vamos a hacer con ellos mientras estemos juntos.

Diferencias entre duelo adulto y duelo infantil

El duelo es un proceso normal y necesario cuando perdemos a un ser querido. Es un proceso de adaptación muy personal que requiere tiempo y un trabajo emocional y de aceptación de la realidad. Sin embargo, aunque los niños también pasan por este proceso, su modo de manifestarlo es diferente al de las personas adultas y depende de su grado de madurez.

Como nos indica la Sociedad de Psiquiatría infantil de la AEP, los niños manifiestan la pena por la pérdida de manera diferente según la edad que tengan. Es importante prestar atención a posibles regresiones. También podrían producirse cambios de actitud en el colegio, reacciones de ira, pesadillas, irritabilidad o enfado con otras personas. Todo ello forma parte de su manera de expresar lo que está sintiendo. Si estos problemas persistieran en el tiempo (más allá de los seis primeros meses posteriores a la pérdida) o se manifestarán con una gran intensidad, podría ser conveniente buscar ayuda profesional.

De una manera u otra, todos los niños (incluidos los bebés) sienten la muerte de un ser querido o cercano a él en forma de ausencia. Por eso, primero es necesario que les expliquemos qué ha ocurrido. Después, ayudarles a aceptar esta nueva circunstancia para ellos y a entender todas las emociones que se están produciendo. Tanto las nuestras propias como las suyas. Es importante recordar que todas las emociones son válidas. No es malo que un niño vea llorar a sus padres. Eso sí, debemos explicarle por qué estamos tristes, ya que puede pensar que nos encontramos así por su culpa. Explicarle el porqué de nuestra tristeza le ayudará a entender la situación y a saber que él no es quien la provoca.

¿Cómo comunicar la pérdida a los pequeños?

Es aconsejable preparar bien el momento para comunicar la pérdida de un ser querido, buscando tiempo en el que el niño esté calmado. Como exponen varios autores en la Guía sobre el duelo en la infancia y la adolescencia, a la hora de explicar una pérdida es importante hacerlo lo antes posible y en un entorno que le sea conocido. Es preferible abordar el tema cuando dispongamos de un momento tranquilo con él. De esta manera contribuiremos a que se sienta seguro y esté atento y concentrado.

Es preciso usar un lenguaje sencillo y claro, eligiendo bien las palabras sin recurrir a explicaciones abstractas. A pesar de que seguramente estemos pasando por un momento angustioso, debemos mantener una actitud serena y calmada, usando un tono de voz cálido. Le dejaremos y animaremos a que pregunte todo lo que quiera, tratando de dar respuesta a sus inquietudes. De cualquier manera, cuando no sepamos responder a una pregunta concreta no pasa nada por decirle «no puedo contestarte a eso porque no lo sé».

A la hora de comunicar la pérdida de alguien es muy recomendable huir de eufemismos y metáforas del tipo «se fue a un sitio mejor» o «se ha quedado dormido». Para los niños todo es literal, no son capaces de entender las metáforas. Por ejemplo, si les decimos que «se ha dormido» podemos provocar que el niño tenga miedo de irse a dormir, temiéndose que ya no despertará.

Recordar las vivencias con la persona que ya no está

Cuando empiecen a pasar los días, es aconsejable recordar las cosas bonitas que se vivieron con la persona fallecida. Que siga estando presente en nuestras vidas: hablar de las cosas bonitas que vivimos junto a ella, ver fotos o contarles lo mucho que les quería. Debéis tener en cuenta que los niños tienen una gran capacidad de adaptación a nuevas situaciones, pero necesitan de vuestra escucha, vuestra compresión y vuestras palabras para asimilar el hecho de que esa persona ya no va a volver.

Para comprender mejor la importancia de este tema os aconsejamos encarecidamente la lectura de la guía práctica Hablemos de Duelo, elaborada por Patricia Díaz Seoane. Patricia es psicóloga infanto-juvenil y miembro del equipo de expertas de la Fundación Mario Losantos del Campo. Se trata de un manual que ayuda a los padres a solucionar dudas sobre el duelo infantil y a encontrar la mejor forma de explicar a los niños qué es la muerte.

Escuela Infantil Booma

¿Cómo hablar de la muerte con tus hijos?